1- Asegúrate de que comes menos calorías de las que consumes.
Porque si la cantidad de calorías que ingerimos es superior a las calorías que quemamos diariamente será IMPOSIBLE poder perder peso.
Así que una manera fácil de que no ocurra esto puede ser poner menos cantidad en el plato o comer en un plato más pequeño de lo habitual.
2 – MUÉVETE MÁS
Pues por el mismo motivo que hemos hablado antes, si nos movemos más, conseguiremos incrementar las calorías que quemamos y nos será mucho más fácil adelgazar.
Además, al movernos más o hacer ejercicio oxigenamos nuestras células lo que nos aportará muchas más vitalidad, liberaremos endorfinas y nos harán sentirnos más felices, alegres y estar más eufóricos, funcionando además como un analgésico natural, pues reduce el sentimiento de dolor así como el estrés y la ansiedad.
3- COME 5 VECES AL DIA
Porque así conseguiremos acelerar nuestro metabolismo y que consuma más calorías. No pasaremos hambre puesto que no estaremos muchas horas de ayuno, y porque hacer la digestión adelgaza ,ya que empleamos mucha energía en hacerla.
4- ALÉJATE DE LO REFINADO
Porque los alimentos refinados son Alimentos elaborados que no se presentan en su estado natural, lo que significa que han pasado por diferentes procesos que destruyen gran parte de su valor nutricional.
Además los carbohidratos vienen acompañados de un componente que dificulta y retrasa su absorción: la fibra, en el momento que ingerimos alimentos refinados se alterará el metabolismo sobre todo cuando son provenientes de carbohidratos porque la absorción será más rápida de lo que debería, liberando más glucosa en la sangre de la que el cuerpo necesita, obligando al páncreas a segregar más insulina de la habitual para poder almacenar el exceso de glucosa y generar lo que se conoce como picos de insulina.
Además los alimentos refinados suelen contener aditivos los cuales se añaden para darle más sabor o para mejorar su consistencia y durabilidad pero que pueden tener efectos sobre el organismo, provocando un envejecimiento más rápido de las células, el debilitamiento de los huesos y dañar los riñones. Además, diferentes estudios han constatado que los azúcares refinados, la harina procesada y otros ingredientes artificiales, aumentan la probabilidad de padecer enfermedades del corazón, problemas neurológicos, inflamación e insuficiencia respiratoria.
5- BEBE AGUA
Porque somos más del 70% agua. Y si no le damos el agua necesaria a nuestro cuerpo, él activará un mecanismo de defensa y retendrá todo el líquido que pueda en las piernas, brazos etc.. para no quedarse sin.
Porque con el agua limpiamos nuestro organismo por dentro igual que la utilizamos para limpiarnos por fuera. Desintoxicará nuestros órganos e hidratará la piel, el cabello…
Proporcionará hidratación también a nuestro cerebro evitando así su inflamación y el consecuente dolor de cabeza y migrañas.
Evitaremos el estreñimiento y regularemos la presión sanguínea.
6- ALIMENTA TUS MÚSCULOS
Porque las proteínas son las encargadas de dar energía a nuestros músculos. Y las que mantienen la masa muscular de forma óptima. Las proteínas son nutrientes esenciales y las necesitamos para vivir. La principal función es la de construir tejido, sobre todo muscular, por eso es importante consumirlas para tener unos músculos fuertes y sanos. Además de que reparan el tejido o los órganos cuando tenemos una herida.
Algunas proteínas no las puede producir el cuerpo humano y necesitamos obtenerlas de los alimentos.
Al ganar músculo se quema más grasa, ya que el músculo es un tejido metabólicamente activo y al cabo del día necesita calorías para mantenerse. Y esas calorías las va a quemar sobre todo a base de grasa.
Así que si aumentamos nuestra masa muscular, quemaremos más calorías y nuestro cuerpo las obtendrá a partir de las grasas, lo que hará que reduzcamos nuestra grasa corporal más rápidamente.
7- DUERME
Dormir toda la noche hace que se pierda más cantidad de grasa, en cambio dormir menos de 6 horas hará que ésta pérdida de grasa se reduzca a la mitad.
Esto ocurre porque cuando reducimos la cantidad y calidad del sueño, aumentan los niveles de grelina, una hormona que estimula el hambre y reduce el gasto energético, además de que promueve la retención de grasas.
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